Si hablamos de un postre tan antiguo como el flan, creado en la época de los romanos, y lo combinamos con un membrillo elaborado al estilo tradicional, tenemos un final perfecto que nos transporta a la comida de los domingos en casa de nuestros abuelos.

El flan es un postre tradicional que sin embargo ofrece muchas posibilidades diferentes. Es un producto cremoso pero a la vez ligero para el que siempre nos queda un hueco después de comer. Su gran versatilidad permite muchas combinaciones con dulces, frutas, frutos secos, café… y esto hace que sea uno de los postres con más versiones  en nuestros recetarios y también en los del extranjero. En este caso utilizaremos una mezcla que nunca falla: la cremosidad del queso y el toque dulce del membrillo BIO Santa Teresa, elaborado con membrillos cuyos cuidados han sido extremos para respetar las pautas de la etiqueta que lo define. Una receta sencilla, casera que nos hará disfrutar como niños comiendo natural y, por lo tanto, saludable.

El membrillo BIO  Santa Teresa reconozco que tiene siempre un hueco en mi nevera y en concreto en muchos “finales” de comidas pues aporta el toque dulce perfecto con unas propiedades que no encontramos en ningún otro. Es 100% natural, sin conservantes ni colorantes, y se elabora a partir de fruta fresca, algo fundamental para la calidad del producto cuya etiqueta sólo reza: membrillo, limón y azúcar. Desde su recolección a mano, de octubre a febrero, pasando por la selección de cada fruto, hasta su fabricación al estilo tradicional solo con su pulpa, azúcar y limón, y mucho cariño a fuego lento, hacen que esta carne de membrillo sea especial. De verdad sentiremos que estamos tomando el postre favorito de nuestras abuelas.

Elaboración de la cobertura de membrillo Santa Teresa:

Troceamos el membrillo y fundimos en agua, calentándolo en un cazo a fuego lento. Cuando se haya disuelto completamente, y tenga aspecto cremoso, lo retiramos del fuego y, aún caliente, vertemos la mezcla en el fondo del molde seleccionado, ya sea el tradicional o de silicona, extendiéndolo uniformemente. Recuerda que a diferencia de otras recetas de repostería que requieren de una capa previa de mantequilla o aceite en las paredes del molde, en esta receta esta función la cumple el membrillo.

Para nuestro flan de queso sólo necesitaremos una receta equilibrada y un horneado adecuado que mejorará todavía más si hacemos a baja temperatura, logrando esa densidad untuosa suprema de los mejores flanes. El queso, amigo íntimo del membrillo, se emplea en su base cremosa pero a partir de esta receta pueden salir muchas más: con manchego, con brie, con parmesano… ¡las posibilidades son infinitas! Y por supuesto el membrillo puede ir en su interior como en este caso pero también como una cobertura externa que lo bañe, para que haya aún más contraste.

 

Ingredientes (6 unidades): 

  • 50gr de azúcar
  • 2 huevos
  • 200gr de queso crema
  • 150ml de nata para montar
  • 100gr de Membrillo BIO Santa Teresa
  • muesli para terminar
  • 1 pizca de sal

 

Preparación: 

  1. Mezclamos el queso crema con el azúcar, los huevos, la nata y la sal con unas varillas.
  2. Cortamos el membrillo BIO Santa Teresa en Rectánculos de 1x0,5cm
  3. Cubrimos el fondo de nuestras flaneras con una capa de sirope de arce.
  4. Llenamos la mitad del molde del flan con la mezcla, añadimos el membrillo y terminamos de llenar terminando con otro poco de membrillo.
  5. Tapamos las flaneras con papel de aluminio, ponemos encima de un recipiente apto para horno con un dedo de agua e introducimos en el horno precalentado a 180ºC.
  6. Horneamos durante 20’. Apagamos el horno y dejamos allí 20’ más.
  7. Dejamos enfriar completamente y desmoldamos, terminamos con un poco de membrillo cortado más por encima y muesli.