El cultivo del membrillo quizá fue anterior al de la manzana, y es posible que la "manzana" citada en el Cantar de los Cantares fuera en realidad un membrillo.

Dice la Historia que la fruta de la discordia entre Adán y Eva fue la manzana prohibida; sin embargo, es posible que dicha “manzana” fuera un membrillo (manzana dorada), si aceptamos que el Edén estaba situado en Mesopotamia, lugar muy propicio para el desarrollo del membrillero...

Entre los antiguos griegos, se ofrecía membrillo en las bodas, un rito que llegó de Oriente con el culto a Afrodita y permaneció sagrado. Plutarco relata que las novias griegas mordían un membrillo para perfumar su beso antes de entrar en la cámara nupcial "a fin de que el primer beso no fuera desagradable". Era un membrillo el premio que Paris concedió a Afrodita. El mejor tipo de membrillo venía de la región de Cidonia, en la costa noroeste de Creta, fruta conocida por los griegos como "Mela kudonia" o "manzana de Cidonia", de donde proviene también su nombre científico.

 Los romanos también usaban membrillos; el libro de cocina romano de Apicio proporciona recetas para guisar el membrillo con miel, y hasta para combinarlos, sorprendentemente, con puerros. Plinio el Viejo mencionó una variedad, el membrillo de Mulvian, que podía comerse crudo. Columella mencionó tres variedades, una de las cuales, "la manzana de oro" –que probablemente fuera la fruta del paraíso citada en el Jardín de Hespérides– ha dado su nombre al tomate en italiano (pomodoro).

En la cultura árabe utilizaban el membrillo como medicina natural y, hasta hace no mucho tiempo, la fragancia de los membrillos inundaba los armarios y las arcas donde se guardaban las mejores telas.

El membrillo es mencionado por primera vez en un texto inglés a finales del siglo XIII, aunque el cultivo en Inglaterra no es muy adecuado debido al calor del verano, que impide que la fruta madure totalmente. También fueron llevados al Nuevo Mundo, pero son raros en Norteamérica debido a su susceptibilidad al tizón de fuego o fuego bacteriano, una enfermedad causada por la bacteria Erwinia amylovora. Se cultiva ampliamente en Argentin a, Uruguay, los Balcanes, España y la cuenca del Mediterráneo. Casi todo el membrillo de los mercados norteamericanos proviene de Argentina.

Nosotros, tratamos de cuidarlo con el mayor de los mimos para que no pierda toda su esencia. Esa es nuestra manera de formar parte de la historia de este fruto ancestral. Y por ello, vuestra confianza en este saber hacer ha hecho que cumplamos 30 años desde que apostamos por esta elaboración.